jueves, 18 de septiembre de 2014

No mires.

No me mires así, me ahogo en la inmensidad del azul de esos ojos. Tu mirada ya no es la misma, lo presiento. Ahora escondes algo en ese abismo, ahora me sumerjo intentando descubrir qué sucede en las profundidades de tu océano, pero la presión me tapona los oídos y mis piernas se paralizan. No me mires al fondo, el oxígeno ya no está presente en cada célula.
Siento que de algún modo has calado en la braveza de mis mares. No se ha calmado la tempestad, sin embargo tú te has establecido firme, con pies de plomo. Has caminado por mis orillas sin ser absorbido por las arenas movedizas de la intrascendencia.
No me observes con detenimiento, los recovecos de mi tormento temen ser descubiertos. Quítame la ropa, pero no me desnudes. No soportaría el frío de la intemperie una vez más.
Inspírame tal y como lo haces, pero no permitas que lo confiese. Otórgame el honor de saborear tu dulzura, pero ágriame a tiempo o estaré perdida.

No quiero una de cal y otra de arena.


Los típicos tópicos no son para mí.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Manifiesto

Solo somos lo que la sociedad nos dice que seamos, solo sentimos hasta donde nuestros propios prejuicios nos permiten sentir. -Cuando hay sentimientos de por medio, no puedes jugar con eso-. Pero yo no soy ninguna insensible sin corazón, no soy fría ni calculo minuciosamente cada uno de mis actos sin que me afecten en absoluto. Quizás me permito sentir más allá de lo establecido, tal vez ése sea mi “pecado”. Es curioso el concepto de “pecado”, si nos detenemos a analizar su origen es puramente religioso, y aún así, creyentes y ateos nos autoflagelamos por el hecho de dejarnos llevar. Se han introducido en nuestra cabeza hasta tal punto que nosotros mismos nos castigamos por hacer aquello que nos apetece y nos hace sentir libres.
Hablemos de sentimientos, esa parte del ser humano opuesta a la razón. Quién decide hasta dónde podemos sentir. Quién decide el límite en la intensidad y los destinatarios de los sentimientos de cada cual. He hablado con varias personas al respecto, y la mayoría, si no todas, decían que no se puede querer a más de una persona simultáneamente. Hablando del “querer sexual” y las relaciones íntimas, claro. Puedo entender que alguien encuentre a una persona “ideal” y que en absoluto necesite mirar a otras.- Después de todo, eso es lo que nos vendieron siempre como “la perfecta historia de amor”, y así nos va-. Está bien que encuentres al amor de tu vida, enhorabuena, de corazón. Ahora sí, no criminalicéis a los que no nos conformamos con los finales idílicos y perfectos, los “para siempres” y las “eternidades” no es lo que yo entiendo como “la perfecta historia de amor”.
Todo tiene fecha de caducidad, podéis pensar que soy una pesimista sin corazón, me trae sin cuidado, pero antes de juzgarme dejadme que os explique algo. El “amor ideal” por el que todos perdimos la cabeza en algún momento es sólo una ínfima parte de la baraja de posibilidades de querer y ser querido. Las películas finalizan siempre en el momento en el cual todo encaja a la perfección, pero la continuación a nadie le importa, tememos el momento de afrontar adversidades porque nos venden la perfección de los hechos. Por qué siempre el amor entre un hombre y una mujer de edades similares (si el hombre es ligeramente mayor, mejor), por qué la mujer siempre ha de ser menuda en comparación al hombre... todo está lleno de tópicos.
Voy a empezar defendiendo el concepto de amor entre personas, amor visto como esa unión que sientes hacia alguien que te ha conquistado con su forma de hablar, de actuar, con su forma de ser en este mediocre mundo. Ya basta de cánones de belleza y eternas torturas hacia las personas. Seamos tan animales como queramos y tan humanos como nos apetezca.
A mí personalmente se me conquista con el habla, con el acto, con esas peculiaridades, manías o “defectos” que tenemos cada cual. Siempre opiné que son los defectos los que definen a una persona. La completa perfección no atrae, nunca lo hará, son los pequeños defectos los que poseen el encanto. Una persona "perfecta" es un ser carente de alma. Las modas en masa, las cirugías... no hacen otra cosa que extirpar la esencia de la naturalidad. La carne nunca se sentirá atraída por el plástico.

Vayamos al grano, hay algo que quiero defender. Ahora mismo y públicamente me declaro una romántica del amor en el sentido más revolucionario del término “romanticismo”. Defiendo el amor libre, el amor propio y rompo con el tópico del amor heterosexual de por vida como única forma válida de amor. Manifiesto mi rebeldía con mis propios actos y declaro el amor a la guerra en lugar de declarar la guerra al amor. Defiendo todas las combinaciones posibles entre el amor y el sexo estando presentes ambos o cualquiera de ellos sin el otro, siempre y cuando el respeto mutuo presida dicha combinación. Expongo mis deseos de romper con el dogma del amor único y la monogamia sucesiva como manera de encubrir el ansia y el apetito de amar sin impedimentos. Sostengo que sí es posible amar a más de una persona de manera simultanea, y no por ello la relación ha de ser más o menos verdadera o válida. Preservo la intensidad de los momentos y la antepongo y prefiero al intento de extender forzosamente la pasión y el cariño hasta que se rompan sin remedio.

jueves, 2 de enero de 2014

Tenebrosidades.

Temía olvidar, temía que llegara un momento en el cual no pudiese recordar aquellos maravillosos instantes, aquellas maravillosas personas que estuvieron a su lado pero por un motivo u otro ya no se encontraban ahí.


Y aquel temor atroz al olvido se apoderaba de su mente cada noche, en cuanto intentaba conciliar el sueño, su subconsciente se esforzaba incomprensiblemente por no olvidar aquellos rostros, cada noche era un tormento. O quizás eran aquellos sueños los que la salvaban de caer presa de la demencia.
Vivía en un círculo enfermizo de monotonía, junto a la persona equivocada, en un lugar ajeno a ella.
La misma persona equivocada que hacía cuestión de dos años le prometía la luna, y ella, incrédula y temerosa se dejó llevar sin ser consciente de lo que le deparaba el futuro junto a aquel ser. Lo entregó todo, quiso hacerlo lo mejor que sabía, quería dejar a un lado los romances de plástico y probar qué se sentía al dejarse llevar, pronto lo descubrió... Miedo, un horrible temor se apoderaba de sus huesos al pensar que aquel hombre había explotado su burbuja, que la había dejado totalmente desnuda y desvalida ante él. Ella siempre le tuvo un miedo atroz al compromiso, a toparse con el ser equivocado y salir malparada, entonces, había decidido protegerse de ello. Hasta que se dio cuenta de que en su vida faltaba algo, era un vacío extraño.

Una imperiosa necesidad de ser querida, de sentirse respaldada. Algo que los que hasta entonces eran sus amantes de juguete, no podían, o no querían, llenar. En un principio, pensó que él sería uno más, de hecho, no era más que un capricho, un nuevo reto, nada especial. Apenas se asemejaba a las personas con las que ella solía intimar. Era un ser paupérrimo, no económicamente, sino en su interior, era un ser que pedía a gritos ser “rescatado” de aquel mundo de excesos y una sedante monotonía.


Pozos.

Las personas tenemos pozos, es así, es un hecho, cada uno tiene sus pozos en los que caer aislándose de mundo. Hay muchos tipos de pozos, incluso pozos para dos, menos solitarios pero no por ello menos aterradores. Cuando caemos en un pozo todo se vuelve oscuro, el mundo de alrededor pasa a ser el de arriba, dejamos de formar parte para ser meros espectadores de un show visto desde la peor de las butacas. La oscuridad nos impide ver las posibilidades y los modos de salir de allí, o quizás somos nosotros los que cerramos fuerte los ojos para acomodarnos en nuestras propias tinieblas. Hay personas que se vuelven adictas a sus tinieblas y están tan cómodas allí que creen que el mundo puede esperar. O quizás creen que ése es su lugar, pero no es así, los pozos son estancias provisionales.
No hay peor error que mudarse a un pozo, existen personas que tienen tanto miedo a volver al mundo que convierten el pozo en su mundo, se mudan. Trasladan todas sus pertenencias allí e incluso tienen invitados eventuales. No sabría identificar esto como bueno o malo, después de todo, no es más que pura percepción. Lo que sí sé, es que todo lo vivido allí será un engaño, tiempo mal invertido, una vida equivocada, nunca nadie podrá ser feliz en sus oscuridades, es más, cuantas más cosas traslades a tu agujero, más te hundirás, es así, las cosas pesan.
¿Cómo salir?... pues depende del tipo de pozo y la intensidad del golpe, incluso del tiempo que llevas allí.

Es posible, de eso no hay duda. Lo principal es creer, creer en uno mismo y en su potencial.