
Lluvias torrenciales arrasan el mundo
desmoronando toda serenidad.
Por la noche todo cambia su rumbo
y el carácter se torna inseguridad.
Cuerpos ensangrentados por las calles,
sometidos al más cruel sufrir.
Convendría omitir todo detalle
pero deberias saberlo, vas a morir.
Incuestionable nuestro destino,
buscamos con ansia la salvación.
Escapando por cualquier camino
que nos pueda otorgar la redención.
Llegando a un callejón sin salida
no queda más opción que asumir,
ha sido en vano la huida,
lo queramos o no vamos a morir.
Pero si lo he de hacer de todos modos,
como última voluntad he de rogar,
¡no me dejes! no te dejaré solo,
si con alguien debo hacerlo, contigo quiero expirar.
Y está la lucha por soltarse de una cadena para atarse a un lazo, quizá casi corte las venas también pero sólo si te halan, te podrán llevar.
ResponderEliminar