Te odio.

TE ODIO, porque no te tengo...

Ven junto a mi, pequeño,

yo te cuido, yo te enseño,

yo te beso, yo te sueño.

Te recitaré mil versos

para asi adentrarte

en un mundo aparte,

y hablaremos el idioma de los besos,

todo un arte.

No te preocupes,

yo te lo muestro,

tantas sensaciones

y todo nuestro.

Una caricia,

un susurro...

Te beso,

te abrazo,

te rodeo,

te aparto

de todo,

te deseo,

no hay vuelta atrás,

eres mío,

te tengo,

ya TE QUIERO...

Bendita Avaricia.

Maldita sea la violencia.

cuan amarga es la hiel!

aunque dulce la esencia

que desprende su piel.

Me seduce una caricia,

me cautiva un murmullo,

bendita la avaricia mia,

pasion, deseo, placer puro.

Ser inocentemente dócil,

ingenuo, simple, desnudo,

de pronto un rencor sutil

todo lo vuelve oscuro...

Bendita Adicción.

Aún recuerdo aquellas noches

en éramos completos desconocidos,

llenas de alcohol y derroche,

tú por tu lado, yo por el mio.

Puede que nos hayamos cruzado

sin tener conciencia de ello

o sin prestar mayor atención,

ambos en lamentable estado

de embriaguez y aparente diversión.

En una de esas noches,

ya salido el sol,

por azar o por destino

descubrimos nuestros rostros,

transitando un escabroso camino.

Extraño comienzo, diría yo,

si por aquel entonces supiese su continuación.

Tú cobarde y escurridizo

o quizás pícaro y provocador,

yo con la impaciencia que me caracteriza

le eché un poco más de valor.

Desde ese mismo instante,

justo en ese lugar,

eres para mi una droga,

no lo puedo evitar.

dulce humedad.

En esta calida noche de verano

me ha faltado tu dulce presencia.

no podia evitar imaginarte a mi lado,

sentir tu calor, absorver tu esencia.

estar los dos juntos, bien pegados,

explorar de ti hasta el último rincón.

Percibir mi corazón tan acelerado

que no pueda controlar la respiración.

Acariciame el alma con tus manos,

absorve cada suspiro de mi boca,

siente como ambos nos mojamos

cada vez que tu cuerpo me toca.

Buenos dias

Buenos dias como cada dia

que me despierto a tu vera.

Quien me iva a decir, quien diría

que seria tan tortuosa la espera.

Yo te despreciaba y no sabia

que luego serias tan grande.

Yo quería querer y no quería

otro transeúnte de mis carnes.

Enamorada de amores bastardos

que nunca lograban llenarme.

Entonces apareciste tú ¡petardo!

Y conseguiste encandilarme :)

Desde entonces ando y no ando

sólo contigo y nunca sin ti.

Hagamos la guerra, ambos bandos,

opuestos, atrayentes entre si.